ICOM-PERÚ

Pocos años después que Don Arturo Jiménez Borja nos convocara para ser incorporados como miembros del Consejo  internacional de Museos , en nuestro país un grupo de amigos interesados en darle a los museos el lugar que les correspondía en la agenda cultural  decidieron oficializar la formación del Comité Peruano del ICOM , entre ellos estaba Luis Repetto que junto con Alfonso Castrillón ,quien presidió la Junta directiva, iniciaron este largo periplo para que nuestros museos sean conocidos  a nivel internacional. Desde 1987 hasta el año 2020 Lucho se comprometió con las preocupaciones y las realidades de los  Museos, desde preparar una guía de Museos, una cartilla con términos museísticos, la lista roja de patrimonio en peligro y de la serie Cien objetos desaparecidos,  hasta  buscar  una nueva definición  del museo que estuviera acorde  con  la vinculación   de  las comunidades  con los museos, así como   por el trabajo educativo  que se debe plantear desde los museos y para un publico diverso que busca conocer, aprender y disfrutar .

Su asistencia a  las conferencias internacionales del ICOM fueron decisivas para que nuestro Comité  suscribiera compromisos  estratégicos como es el caso de   una política de los museos al servicio de la sociedad y de su desarrollo y  la aplicación  del Código de deontología.

Con la implantación de los diversos  comités técnicos en el Instituto Nacional de Cultura, ICOM Perú  fue un fuerte aliado  intensificando su acción a favor de la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales, el Programa de emergencia en los museos y  la participación del ICOM en el Comité internacional del Escudo Azul . Desde entonces la protección del patrimonio cultural  ha sido  parte integrante del programa de actividades de nuestro  Comité .

Desde el ICOM Perú, Lucho Repetto convocó a conferencias, seminarios, asambleas, reuniones nacionales e internacionales, publicaciones y una amplia difusión a través de diversos medios de comunicación consiguiendo tener al aire 100 programas para Canal 7 de RTP con su popular  “Museos Puertas Abiertas”, con el cual visitó cientos de museos del Perú, difundiendo sus acervos y  sus actividades para todo el mundo. En su afán de ir mas allá, realizó algunos programas de museos mexicanos, para mostrarnos nuestras semejanzas y diferencias, de modo que podamos tomar lo mejor de otras experiencias museológicas  e inició con Museos sin Lìmites en cuyas presentaciones dio a conocer los Resultados del proyecto EULAC Peru/PUCP ( con la participación de Museos Comunitarios).

Quienes hemos seguido muy de cerca la trayectoria de Lucho, sabemos de su pasión por los museos y su capacidad por familiarizarse con los  museos en cada  ciudad que visitaba,  donde siempre encontraba un amigo  o un colega  que le ofreciera, después de una larga conversación sobre temas museísticos, un fabuloso recorrido culinario,  que era la otra pasión de Repetto . Como integrante del  Comité, por el que  trabajamos juntos , quiero a nombre de nuestros colegas   reconocer en Lucho Repetto al amigo, al promotor, al colega, al señor de los Museos .

Amalia Castelli

MUSEO DE LA ELECTRICIDAD

Con Lucho caminamos mil veces por el Parque de Barranco, ese bucólico lugar que de lunes a jueves era lo más parecido a una plaza de pueblo. Una de esas veces, mientras salíamos del museo y cruzábamos el parque, me contó. “Este museo se lo debemos al ingeniero [Carlos] Silvestri. Un día de 1993 me llamó a su oficina y me dijo: Señor Repetto, me han dicho que usted es una persona muy ligada a los museos. Como sabe, la empresa [Electrolima] va a su desactivación y queremos dejar algún testimonio para su recordación. Se nos ha ocurrido hacer una galería de sus Presidentes o algo por el estilo. ¿Usted puede ayudarnos en eso?”. Esta fue la pregunta que inició la historia de Lucho y el Museo de la Electricidad.

Por supuesto que una mente tan creativa para la preservación de nuestro patrimonio no se iba a conformar con una sosa galería de presidentes. Inmediatamente le propuso a Silvestri, el penúltimo Gerente General de Electrolima, hacer un museo de la electricidad. La luz de esa idea prendió sin dificultad en el ánimo del funcionario. Electrolima, fundada en 1906 como Empresas Eléctricas Asociadas bien se merecía un museo. La empresa no solo había visto el crecimiento de Lima durante casi todo el siglo XX, sino que había sido partícipe de ese desarrollo con la electricidad de sus centrales eléctricas, sus tranvías, sus trabajadores, sus usuarios y también con el sacrificio de muchos obreros durante el infausto periodo del terrorismo.

Así, a Lucho, empleado de la empresa desde los setenta, y museólogo por vocación, se le encomendó la tarea de hacer realidad el museo. Alguna vez dijo al respecto: “cuando asumimos el reto de un Museo Memoria de la Electricidad, la idea parecía aventurera y nos echamos en la búsqueda de los objetivos”. Comenzó a armar su equipo empezando por convocar a una mano derecha: Pepita Acosta. Ella fue su asistente administrativo en el proyecto. Luego convocó a José Canziani, a Carlos del Águila, a Víctor Chang, a Rodolfo Vera, a Margarita Gisecke, a Ricardo Wiesse, entre otros. Disculpen si me olvido de alguien más. 

Este equipo, con Lucho a la cabeza, hizo posible que el Museo de la Electricidad se inaugurara el 9 de agosto de 1994, en el 20 aniversario de la transformación de las Empresas Eléctricas Asociadas en Electrolima. A los pocos años, en 1998, Electrolima desaparecía para dar paso a las nuevas empresas de electricidad Luz del Sur, Edelnor y Edegel S.A. Con ella culminaban casi cien años de historia industrial y empresarial de Lima, aunque ahora esa memoria quedaba resguardada en su propio museo, un espacio único incluso en toda la región. 

Lucho mismo escogió el local, una antigua agencia de cobranzas ubicada en la avenida Pedro de Osma, que había sido desactivada por los robos y los atentados durante esa época nefasta. El edificio fue acondicionado para albergar las salas y objetos de exposición, recolectados de diversos espacios de la empresa. Barranco se volvió ideal, un distrito cultural que se hacía muy accesible para todo Lima a través del zanjón. El equipo de trabajo empezó con la habilitación, la formulación del guión, el montaje, la recolección y registro de la colección, el material documental, etc. Un trabajo completo. El Museo fue el primero en utilizar las pantallas touch screen suministradas por la IBM y poner en práctica ese lema de los museos de ciencia “prohibido no tocar”.

En 1997, el Museo realizó el importante proyecto de restauración y habilitación del tranvía eléctrico, el cual fue inaugurado en setiembre de ese año, por el ingeniero Pedro Sánchez Gamarra, último Presidente del Directorio de Electrolima S.A. Este proyecto de revaloración del patrimonio industrial recogió además la historia oral de los propios protagonistas: los ex-trabajadores de la Compañía Nacional de Tranvías, quienes brindaron valiosa información de la historia y desempeño cotidiano de este sistema de transporte eléctrico.

En 1998, luego de la desactivación final de Electrolima y en el interés de asegurar su continuidad, el museo fue transferido a Electroperú S.A., empresa líder en la industria eléctrica y propietaria del Complejo hidroenergético del Mantaro, el centro de generación eléctrica más grande del país. Esta gestión fue la constante preocupación de Lucho. Él debía velar por la sostenibilidad del museo, en momentos que otros museos cerraban por no tener presupuesto ni siquiera para los servicios básicos.

Electroperú S.A. acogió con especial deferencia al Museo, dándole el impulso necesario para continuar con su labor. Lucho acompañó el Museo hasta el 2004, cuando con su aprobación tomé la posta, con la seguridad que el alumno había aprendido muy bien la lección museológica. Sin embargo nunca se despegó de su creación: fue el incansable difusor del museo, el permanente consejero, el primer amigo del infaltable grupo “Amigos del Museo”. Gracias Lucho!

Neydo Hidalgo

“No existe una institución más noble y comprometida que el museo, que puede contribuir a cambiar las mentes de las gentes a través de la exposición. El discurso museográfico en este museo es el producto de un equipo humano que ha visto con satisfacción la emoción de la tarea cumplida”. Luis Repetto, 2001

MUSEO CEMENTERIO PRESBÍTERO MAESTRO

Luis Repetto Malaga llevaba años interesado por revalorar el Cementerio Presbítero Matías Maestro (CPMM), ya que estaba convencido que éste era uno de los mayores repositorios de la memoria de nuestro país. Sin embargo, es recién en el año 1999, que este sueño cobró sentido, no sólo con el apoyo de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana, sino también con la Red de Cementerio Iberoamericanos, con los que consiguió una visibilidad en las esferas culturales.

Lucho, como le decíamos en la Beneficencia de Lima, sabía que el posicionamiento cultural del Cementerio Presbítero se daba con la interacción del público y el interés por proteger las esculturas artísticas que se tenían en abandono por años. Creó entonces, los programas de “adopte una escultura” y “Noches de Luna llena”, ambos tuvieron éxito y aceptación. El camposanto se estaba convirtiendo en un espacio sostenible; con seguridad, limpieza, riego y vegetación; el entorno había sido transformado  de forma positiva.  Lo que dio pie a que el entonces INC (Instituto Nacional de Cultura) registre al Cementerio como parte del Sistema Nacional de Museos y que otras instituciones colaboren en el inventario de mausoleos, tumbas y/o piezas artísticas.

Existen frutos de este trabajo incansable y de alto nivel en la gestión de Lucho, como el Acuerdo de Directorio de la SBLM N°037-99 del 09 de Junio de 1999 con el que se designa al cementerio como Museo. Fue autor de los libros “Museo Presbítero Maestro (2003) y Muni Libro N°17 (2018) con importante información histórica relacionada al CPMM.  Cuando asumimos la Subgerencia de Negocios de la SBLM en el año 2018, conocimos del trabajo que había realizado y propusimos seguir esta línea de gestión que él ya había marcado. Para ello, se establecieron espacios dentro del camposanto y se desarrollaron bajo programación, una serie de obras teatrales, presentación de coros y orquestas, así como proyección de películas de carácter histórico; todo ello con el objetivo de convertir al CPMM en un Centro Cultura de la ciudad de Lima y, generar mayores ingresos para el sostenimiento de nuestros programas sociales, además de financiar proyectos de conservación y restauración.

A iniciativa de la Alta Dirección de la SBLM en junio del 2018 se crea un fondo (FOMACOCE) con el fin de hacer intangible los ingresos de recaudación por negocios no funerarios y donaciones, que permitan ejecutar proyectos de conservación y restauración en el CPMM. Lucho estuvo muy contento con esta iniciativa, considerando que era una acción de gestión fundamental para avanzar con la recuperación del CPMM.

Durante el 2019 la SBLM firma convenios con UNESCO, con la Universidad San Martin de Porres, con UCAL, entre otros; participando Lucho en la gestión de al menos estos tres, con el sólo ánimo de sumar soporte técnico e institucional para la recuperación del CPMM. 

Si bien la pandemia paralizó durante el 2020 una serie de proyectos y actividades que permitirían la puesta en valor del Cementerio, se continuó trabajando para mejorar su gestión. Así, en el mes de octubre del 2020, la SBLM presentó la postulación del CPMM al Fondo del Embajador que ofrece para el 2021 la Embajada de USA. En febrero del 2021, el Ministerio de Cultura declaró a 320 esculturas del Cementerio Presbítero Maestro, como bienes históricos de la nación; lo que nos va permitir seguir recuperando el camposanto. 

Si hoy el Cementerio Presbítero Maestro tiene sello patrimonial, cultural y artístico; se lo debemos, sin negarlo a Luis Repetto Málaga.  

Daniel Cáceda

 

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