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EL VIAJE DE FELICIA

EL VIAJE DE FELICIA

EL VIAJE DE FELICIA
Felicia´s Journey

Felicia es una adolescente irlandesa que viaja a Inglaterra en busca de su novio para decirle que está embarazada. El chico está en el ejército inglés por lo que el padre de Felicia la repudia. Al mismo tiempo en una enorme casa de Birmingham, Joseph Ambrose Hilditch el gerente de una empresa de comidas, pasa sus horas libres haciendo las recetas de unos videos de cocina protagonizados por su madre. Cuando Felicia llega a Birmingham en busca de su novio se cruza con Hilditch que extrañamente le prestará ayuda. Poco a poco Felicia irá descubriendo que tras la amabilidad y la triste historia que cuenta Hilditch, se esconde una personalidad compleja y oscura, incluso peligrosa...

La mirada de Atom Egoyan se asimila a un pausado y meticuloso bustutí, que de un modo certero, agónico y nada complaciente, perfora en el dolor humano, en la turbadora soledad del ser, en el lado oscuro de la personalidad, en la manipulación de la mente, y en el inseparable y enigmático cordón umbilical entre el mundo de los adultos y la infancia. Su fascinante voyeurismo, cada vez menos hermético para el público, ha evolucionado de lo abstracto a lo narrativo, de lo móbido y oscuro de El liquidador o Guiones cambiados hacia la luminosidad aparente, iniciada con la imprescindible El dulce porvenir.

La misma ilusión óptica de asistir a un mundo perfecto, de colores limpios, de dar en el preciso y engañoso preámbulo de El viaje de Felicia. Asistimos a un apacible recorrido por una casa impecable, al esmero con que Hilditch –inolvidable actuacuón de Bob Hoskins- cocina ante un pequeña televisor, a su paternal actitud con los trabajos de una fábrica inglesa, y posteriormente a la inusitada amabilidad que tiende a la inocente y desolada Felicia para encontrar a su novio irlandés.

Sin embargo, tras una fachada convencional y sencilla se encuentra una tremenda historia que se abre y cierra circularmente con una canción que resalta la bifocalidad del filme: “¡Qué mundo más maravilloso sería, si actuáramos con la fe de un niño, si viéramos con los ojos de un niño!” Egoyan juega con la falsa estética de los 50; describe acciones con sutileza y expresividad, no sólo muestra sino que sabe ocultar; actúa como un demiurgo sobre los personajes y el público, al que hipnotiza lenta y gradualmente para asestarle, en el momento adecuado, de mayor temple y confianza, una severa siega emocional con hirientes y afiladas cuchillas de afeitar.

Todo en Egoyan tiene un porqué, y lo desvela mediante puntillosos detalles, con una progresión estructural asombrosa: la obsesión de Hilditch por el mismo programa culinario, el extraño almacenamiento de idénticas trituradoras, la inexplicable mentira de la mujer enferma, la primera imagen de vídeo, el catártico, horripilante y tenso plano en que contempla en un televisor una cabeza decapitada. En ese momento, el guión de William Trevor se convierte en una contemporánea y malévola transgresión de la bella y la bestia, en un nuevo ejemplar retrato de Monsieur Verdoux, en un perverso paseo hitchcockiano por la cruel y terrorífica cotidianidad, en una introspeccción freudiana en los fantasmas del pasado. (...) El viaje de Felicia tiene secuencias impecables, como la del pub o el final esperanzador. Y su mayor virtud es profundizar en las causas y estados de ánimo, a través del dominio absoluto del tiempo fílmico, la fragmentación de la narración, la selectiva y aleatoria inserción de recuerdos; y de los mínimos espacios, sean carrados, generando un prodigioso suspense, o abiertos, en los valles de Irlanada, que confieren a los sueños una sugestiva contraposición al aprisionamiento de la protagonista.
Asimismo, la alternancia musical entre aberrantemente militar, idílica y canciones del pasado matiza y/o contrasta las dicotómicas situaciones y sentires. (...) Pocas películas logran descargar tanta densidad, dureza y desazón con tal sensibilidad. Egoyan se supera a sí mismo en este excepcional estremecedor recorrido por los complejos pasillos del alma humana.
Iván Barrero

FICHA TÉCNICA
116 min. // 1999 // Canadá
Director: Atom Egoyan
Reparto: Bob Hoskins, Elaine Cassidy, Peter McDonald, Arsinée Khanjian.
Género: Ficción / Color

PROGRAMACIÓN
Viernes 28          8:15 p.m.
Domingo 30       6:00 p.m.
Lunes 31            8:15 p.m.

ENTRADAS 
Entrada: S/. 10.00
Lunes 2 x 1 (excepto feriados)
Entradas a la venta en la boletería del CCPUCP

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