BARRY LYNDON
El joven Barry creyendo haber matado a su rival en un duelo, huye y se alista en el ejército. Combate en la guerra de los Siete Años utilizando el uniforme de un oficial, deserta y va a caer entre las filas del ejército prusiano, donde es desenmascarado, consigue huir para hacer fortuna en las mesas de juego. En una de ellas conoce a Lady Lyndon, con quien se casa. Tras el nacimiento de su hijo, él la engaña y es repudiado por su hijastro y Barry pierde cualquier oportunidad de integrarse a la nobleza.
Definitivamente descartado el proyecto sobre Napoleón, Kubrick aprovecha la enorme documentación histórica que había acumulado y el presupuesto de once millones de dólares que la Warner puso a su disposición para convertir una novela de William Makepeace Thackeray en su siguiente proyecto. (...) A Kubrick no le interesaba tanto el contexto histórico de la novela como las posibilidades de adaptar el prolífero anecdotario de acontecimientos por los que atraviesa el protagonista a una estructura que se revelaría como profundamente cercana a la de la Naranja mecánica. Una vez más el realizador trabajó solo en la adaptación y efectuó abundantes modificaciones para aproximar al protagonista a su personal galería de personajes, respetando el punto de vista de Thackeray respecto a los excesos de una clase social a la que éste accede “como un voyeur inteligente y cáustico”. Por otra parte, Barry Lyndon contenía también un desafío técnico con el que Kubrick se enfrentó dispuesto, una vez más, a decir la última palabra en este género, el cine histórico. (...) En su minuciosidad partió de los modelos pictóricos del siglo XVIII y, para conseguir determinados efectos de luz, se hizo con los servicios de un objetivo especial –empleado por la Zeiss en experiencias aeronáuticas- que captaba la sensibilidad cromática de un interior exclusivamente iluminado por velas. De ese modo, pudo crear fielmente los modelos pictóricos contemporáneos a la acción según una serie de genéricas equivalencias. Sin embargo, según el análisis de Alain Garel, “el trabajo de Kubrick también se expresa a través del más mínimo detalle (tal objeto, tal nube, tal movimiento apenas perceptible del agua de un río bajo el efecto de un soplo de brisa) y, sobre todo en los encuadres y las actitudes de cada personaje, desde las estrellas hasta el más mínimo figurante”.
Kubrick en Barry Lyndon subraya explícitamente la intervención del destino a través del azar, las confrontaciones sometidas a las leyes del azar en los duelos, en los ajustes de cuentas por las derrotas en las mesas de juego o en el enfrentamiento final con su hijastro. Por otra parte, también están sometidos al azar o al destino los juegos de naipes que reiteradamente son mostrados en el filme.
Finalmente, el tratamiento musical que Kubrick aplicó a Barry Lyndon, del mismo modo que la época forzaba una determinada estética matizada por los referentes pictóricos, tal como ya había hecho con Alex North respecto a 2001: Odisea del espacio, quiso que un determinado compositor –Nino Rota, en este caso- asumiera el proyecto. El encuentro entre Rota y Kubrick no fructificó porque, según comentaría el compositor, Kubrick limitaba mucho su fantasía, imponiendo esquemas y elecciones musicales demasiado precisas y sugiriendo fragmentos de música clásica difícilmente adaptables. En consecuencia, volvió a recurrir a la utilización de fragmentos preexistentes –desde Handel a Mozart pasando por Vivaldi, Bach o Schubert- con el fin de acoplar la banda sonora al ritmo de una imágenes de perfecta creación histórica que jamás se ha visto en cine.
FICHA TÉCNICA
183 min. // 1975 // Reino Unido
Director: Stanley Kubrick
Reparto: Ryan O’Neal, Marisa Berenson, Leon Vitali, Patrick Magee.
Género: Ficción / Color / B-R
PROGRAMACIÓN
En el Centro Cultural PUCP
Sábado 15 5:30 p.m.
*Conversatorio con Oscar Contreras
Domingo 23 4:30 p.m.
ENTRADAS EN EL CCPUCP
Entrada: S/. 10.00
Lunes 2 x 1 (excepto feriados)
Entradas a la venta en la boletería del CCPUCP