NACIDO PARA MATAR
Full Metal Jacket
Un grupo de reclutas inicia su período de instrucción militar para formar parte de los Marines. Entre ellos se encuentran Joker, Cowboy y Pyle, un muchacho obeso que se convierte en el centro de las iras del brutal sargento Hartman. El último día de instrucción, Pyle –totalmente trastornado- dispara su rifle contra Hartman antes de volarse la cabeza. Un tiempo después, Joker ha sido trasladado a Vietman. En Nang, vive la corrupción de la retaguardia y asiste a la ofenciva del Tet y a la campaña en torno a Hué. Finalmente se une a un batallón –en el que vuelve a encontrar a Cowboy.
No deja de ser curioso que –tras 40 años de profesión y una docena de largometrajes- Nacido para matar retome la anécdota central de Miedo y deseo, su primer largometraje, para trasladar la patrulla de un ejercito no identificado, que en aquel caso deambula por un bosque anónimo, a los escenarios de una estilizada réplica de la guerra de Vietnam. Después de haber abordado otros aspectos de la vida militar en títulos como La patrulla infernal, Espartaco, Doctor Insólito o Barry Lyndon, sin olvidar el proyecto de Napoleón, el cineasta encontró su motivo de inspiración en la novela The Short-Timers de Gustav Hasford que evocaba sus experiencias como corresponsal de guerra en Vietnam. Kubrick lo leyó y se puso a trabajar en su adaptación, para la que pidió la participación de Michael Herr, un periodista que también había reflejado su estancia en Vietnam en el libro “Despachos de guerra”, y había escrito los comentarios de la voz en off de Apocalypse Now. A Hasford lo incorporó seis semanas antes del rodaje, con la misión específica de supervisar la jerga castrense en los diálogos.
El cineasta había repetido la técnica de la documentación fotográfica con locaciones previas de Vietnam. Sin embargo, “un día me hablaron de una central de gas abandonada en las orillas del Támesis. Era fantástico se parecían a las fotos que teníamos de la zona industrial de Hué. El otro milagro era que esta central debía ser destruida. Así pues, pudimos hacer lo que quisimos con ella”. (...) Al igual que la novela, el filme está dividido en tres partes estrictamente delimitadas en ambientación, tono y personajes, de modo que únicamente el personaje del soldado Joker recorre transversalmente el filme. La primera parte: el entrenamiento de los aspirantes a Marines en un cuartel de Parris Island (South Carolina), donde el sargento Hartman, interpretado por Lee Ermey, un auténtico instructor militar, a quien Kubrick contrató como asesor técnico antes de ofrecerle incondicionalmente ese papel, mantiene con los reclutas un proceso de sometimiento en diversos niveles, el objetivo es convertir al hombre y su fusil en una perfecta máquina de matar. En la segunda parte: período intermedio de esa mutación que antes también habían sufrido los protagonistas de la Naranja mecánica, Barry Lyndon o El resplandor, Joker vive todavía en la contradicción que supone llevar, en pacífica coexistencia, el símbolo de la paz junto a una inspiración en la que puede leerse “Born to kill” (“Nacido para matar”). La tercera y última parte: con el ataque de un pelotón de Marines a unas ruinas de Hué desde donde les dispara un mortífero francotirador, carece de esa ambigüedad pero también de explicaciones lógicas, Joker ha llegado demasiado lejos y sólo puede ejecutar aquello para lo que ha sido programado. Para finalizar, la música vuelve a ser un perfecto vehículo de las paráfrasis que Kubrick emplea como testimonio de su lúcido pesimismo.
FICHA TÉCNICA
159 min. // 1987 // Reino Unido
Director: Stanley Kubrick
Reparto: Matthew Modine, Vincent D’Onofrio, R. Lee Ermey, Adam Baldwin.
Género: Ficción / Color / B-R
PROGRAMACIÓN
En el Centro Cultural PUCP
Domingo 16 4:30 p.m.
Viernes 21 4:30 p.m.
ENTRADAS EN EL CCPUCP
Entrada: S/. 10.00
Lunes 2 x 1 (excepto feriados)
Entradas a la venta en la boletería del CCPUCP