Nació en Lima, un 15 de diciembre de 1950. Luego de terminar los estudios secundarios, viajó a los Estados Unidos donde siguió cursos de Sociología en la Universidad de Boulder, Colorado. Su estadía coincidió con la época de apertura de las libertades individuales y sociales entre la juventud, que trajo consigo un cambio radical en la forma de pensar, de vestir, de bailar, de relacionarse, de ser mujer y de ser solidario. Todas esas experiencias la sensibilizaron, impulsándola a compartir una actitud tolerante y accesible con los demás y le dieron franqueza y autenticidad a su forma de ser.
De regreso al Perú, trabajó en diversas actividades para aportar en la economía de su hogar, formado por cuatro hermanas, la madre y la abuela. Mientras tanto, encontró en el cine y en la poesía la cuota de libertad y entusiasmo que había encontrado estando afuera. Las formas y convencionalismos de la sociedad limeña no calaron en ella, no aparentaba rebeldía o rechazo radical, pero tampoco se dejaba seducir por las frivolidades de la clase media. Se caracterizó por proyectar la sensación de libertad en todos los niveles. A medida que conocía el Perú, iba tomando interés en su problemática social y cultural.
Entró a trabajar en la oficina de cine de Armando Robles Godoy, la cual funcionaba al frente del parque Wiracocha en Jesús María. Allí pudo ver de cerca el desarrollo de esta actividad, mientras que se relacionaba con el Grupo de Cine Liberación sin Rodeos, con los cuales inició su colaboración en todas las etapas del proceso cinematográfico.
Eran tiempos agitados, con el proceso de reformas planteados por el gobierno de Juan Velasco. Nené participó en la realización de dos documentales del GCLSR acerca de la Organización de Países No Alineados realizada en Lima en 1975, encargo de la Cancillería. Uno de ellos explica la terminología utilizada por la asamblea y el otro, denominado Somos más de lo que se piensa, trata las similitudes entre los pueblos que intentan sacudirse de la influencia de las grandes potencias.
De esa época data la formación del Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica del Perú (SITEIC), que reunió a especialistas de todas las áreas (directores, productores, técnicos y operarios) quienes, a través de esta organización, apoyaban las conveniencias de la Ley de Cine 19327 y exigían al Estado mayor preocupación para el sector, promoviendo el cuestionamiento al monopolio de las distribuidoras y exhibidoras en las salas de cine.
A nivel personal, Nené fue promotora en el acopio de películas para su exhibición en un Cine Club del SITEIC y otro dedicado a niños en el barrio de Santa Beatriz. También coordinó la página de cine del diario La Crónica, donde el GCLSR publicaba críticas, comentarios y misceláneas acerca de la cinematografía mundial.
En setiembre de 1977, se trasladó a Ámsterdam, donde vivió cinco años. De allí viajó a Barcelona, París, Bruselas, Berlín y Nueva York, e intervino en la formación de la empresa alternativa Empty Bottles Video Productions, donde trabajó en una trilogía de ciencia ficción. Asimismo, colaboró en la búsqueda de material de archivo para la realización del docuficción La Carta de Diego, acerca del exilio latinoamericano; y apoyó en la producción de propuestas de videoarte experimental, con el apoyo de la Fundación Video Heads de Ámsterdam. En 1982, después de pasar una corta estadía en La Habana, regresó a Perú.